sábado, 2 de octubre de 2010

Apología de una mentira

No hay nada más útil que mentir. Y es que las mentiras son las ideas mas versátiles de de este mundo. Le puedes mentir a tus padres, a tus hermanos, a tu novia, a tus maestros, te puedes mentir a ti mísmo. Ademas hay mentiras de todos colores; blancas, negras, grises, azules, tornasoles. Tambien hay mentiras de todos tamaños y sabores. Ayer dije una mentira grande, hoy quiza diga una chiquita, la chiquita será una mentira amarga y la grande fue una mentira dulce. Existen entre las mentiras hasta las clases sociales, hay mentiras ricas y famosas y mentiras pobres y fracasadas.

Pero no cualquiera puede mentir, o por lo menos no con la gracia y talento que demanda tal oficio. Pasar por la vida diciendo mentiras no es fácil y quienes van por la vida practicando este arte deben tener mucho cuidado. Algunos han ganado dinero y fama gracias a ella mientras otros solo han ganado desdichas y sinsabores.

Pero a pesar de que no cualquiera puede mentir todos lo intentamos, todas las noches, todos los días, a todas horas, dormidos o despiertos. Y el que nunca haya mentido que tire la primera piedra. Yo no pienso ser quien condene a las mentiras a beber cicuta pues de entre todos los mentirosos yo soy el peor aunque no pierdo mis deseos de superación.

¿Qué sería de este mundo sin mentiras? El porcentaje de divorcios aumentaría, no habría mas matrimonios ni tampoco niños bastardos, las cigüeñas no tendráin profesión, no habría regalos en navidades. Tampoco habría políticos y la anarquía sería el pan de cada día.

Mientras más pienso en la mentira más me enomoro de ella. ¿A quien le mintieron, al que le dijeron que en otra vida tendría 70 virgenes o al que le dijeron que reencarnaría? De una manera o otra todos vivimos engañados y engañando pero todos creemos que tenemos la razón. De esta forma las mentiras se transforman en verdades y vivimos tranquilos, engañados pero tranquilos.

Por supuesto que nadie anda por la vida pensando que vive engañado, nadie divaga con semejantes necesadades que no conducen a ningun lugar. En cambio vamos por la vida quejandonos de la mentira, como si la pobrecita tuviera la culpa de nuestra ingenuidad e ignorancia.

Y aquel que tenga la verdad absoluta que tire la primera piedra.

Bendita ignorancia. Benditas mentiras.